Escribir para no escuchar, de eso se trata. No es un problema de apatía social ni síntoma de estos tiempos. Desde que tengo memoria mis oídos nunca escucharon lo que escuchan todes. Por una cuestión con la bilirrubina terminé adquiriendo una hipoacusia bilateral profunda, tal como lo sentencia mi certificado de discapacidad y a su vez afirmado por varios doctores a lo largo de mi existencia.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
-
Las revoluciones son como el café: han de hacerse con agua hirviendo. José Martí El 9 de diciembre de 1824 se libro una batalla en ...
-
Guerra Vilaboy, Sergio (2023) Cubanacan, la nación imaginada. Derrotero de Soles y Rayos de Bolívar. La Habana: Editorial de Ciencias Social...
-
Aclaración: este es mi trabajo publicado en el Anuario de Investigaciones (año 2011) del Centro Cultural de la Cooperación "Floreal Go...