21 de diciembre de 2021

2001, prehistoria del futuro: una historia personal político

Se cumplieron los 20 años de aquellas jornadas del 19 y 20 de diciembre del 2001 que quedó en la historia como una rebelión popular que significó, entre tantas cosas, la caída del entonces presidente Fernando De la Rúa. Mucho se escribió sobre esos días. Muchas personas relataron sus vivencias, analizaron los hechos e incluso hubo quienes simplemente recordaron aquellos días. Como lo personal es político, aquí se tratará de relatar no sólo aquellos días sino aquél año. 
Tenía 23 años. Trabajaba hacía poco más de 2 años en el Hospital Nacional Posadas como empleado administrativo. En 1999 había entrado a estudiar periodismo en la Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo. Asistí a ese lugar después de haber intentado estudiar en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, pero por razones laborales y de distancia (vivía en la zona oeste), tuve que abandonar. En ese 2001 me encontré estudiando en aquél espacio bajo la dirección de un equipo liderado por Vicente Zito Lema y con la presencia de los pañuelos blancos. Todo era cuestión de aprender y aportar. Memoria, Verdad y Justicia pero también luchas y sensibilidad ante las injusticias. 
En abril de aquél 2001 tuve la dicha de poder viajar a Cuba. Asistí a la movilización del pueblo cubano por el primero de mayo, día internacional de los trabajadores y las trabajadoras. Marchar por las calles habaneras desde bien entrada la madrugada fue una experiencia que trasciende lo analítico para entrar en una esfera de sentimientos y emociones. Tal esfera se llena y explota cuando tuve la oportunidad de ver a Fidel Castro en persona, caminando a la par con su pueblo agitando su bandera cubana. Esos días entendí la frase: cabeza clara, corazón solidario, puño combativo. 
Regresé a la Argentina con muchas energías y preguntas, con ganas de hacer cosas y reflexionar el presente. El país estaba inmerso en una situación crítica en lo económico, político, social y cultural de una magnitud que sobrepasaba todo. Tal es así que en el Hospital Posadas se vivieron meses de tensiones tales que se llegó a hacer una toma de la dirección para repudiar a quienes integraban la intervención comandada por el Doctor Ignacio Katz con la compañía de los doctores Miguel Saguier y Néstor Sciarrotta. Todos ellos enviado por el entonces ministro de salud Héctor Lombardo para implementar una política de ajuste, despidos y, fundamentalmente, destrucción de la salud pública. Así fue que tomamos el hospital impidiendo el ingreso al edificio de Katz. Tal fue el éxito de esta medida que el gobierno de la Alianza de De la Rúa y Chacho Álvarez (que aún no había renunciado) envió efectivos del cuerpo de infantería de la Policía Federal. El 13 de agosto del 2001 entraron tirando gases y disparando balas de goma dentro del mismo hospital con trabajadores y pacientes heridos. Tal fue la locura de ese día que impulsó la resistencia de los trabajadores y las trabajadoras logrando la renuncia de los interventores al grito de “Katz Nunca Más”. 
Los sucesos del Hospital fue el preludio de diciembre aunque no lo imaginamos. En esos días dónde los saqueos y las cacerolas se hicieron cotidianas, quienes trabajamos en el Posadas fuimos parte protagonista de las jornadas del 19 y 20. Recuerdo que después de ver en la televisión la represión a las Madres, la indignación se potenció aún más. A pesar de la actitud cobarde de ciertos dirigentes sindicales decidimos un grupo marchar a la Plaza de Mayo para repudiar al gobierno, el estado de sitio y la represión que ya veníamos sufriendo meses antes. No hubo tiempo para contratar micros y movilizar. Fuimos caminando a la estación de tren de Ramos Mejía y partimos hacia Once. Recuerdo que llegamos al obelisco, casi entrando por diagonal norte, enfrentando las balas y gases (que después supimos que eran vencidas las latas e irritaba más). Recuerdo los compañeros motoqueros  agrupados en SIMECA que se convirtieron en una especie de Cuerpo Popular Motorizada. Qué momentos de tragedia para el país, pero que honor haber sido protagonista colectivamente. Porque en el 2001 fuimos un cuerpo colectivo que resistió un largo tiempo hasta convertirse en otras formas, como otras formas éramos antes. Ahora me viene a la mente la canción de Silvio Rodriguez:
"Somos prehistoria que tendrá el futuro
Somos los anales remotos del hombre
Estos años son el pasado del cielo
Estos años son cierta agilidad
Con que el sol te dibuja en el porvenir
Son la verdad o el fin, son dios
Quedamos los que puedan sonreír
En medio de la muerte, en plena luz". 

R.D.

13 de diciembre de 2021

Reseña de “Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Vivencias de una realidad. Los años de su caída” de Ricardo Randi (editorial Cartago)

 

“Aquel dramático suceso, -el desmoronamiento “socialista”- que en un escaso lapsus de tiempo transformó al mundo en unipolar, no fue el resultado del trabajo subversivo enemigo, aunque ellos se esforzaron en ese sentido. Fueron los errores políticos y económicos, las traiciones internas, el nacimiento y desarrollo de una casta burocrática con ropajes socialistas, el abandono de las ideas y doctrina marxista las causas principales de tal implosión, un proceso de aburguesamiento en el seno de las organizaciones comunistas de aquellos países”.

Escalante, Fabián. “Socialismo, Democracia Popular o Contrarrevolución”, publicado en La Pupila Insomne https://lapupilainsomne.wordpress.com/2021/10/06/socialismo-democracia-popular-o-contrarrevolucion-por-fabian-escalante/

 

Ricardo “Kuki” Randi, periodista argentino y militante comunista, tuvo la oportunidad de vivir en carne propia los últimos tiempos y la desintegración de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Estuvo en tierras moscovitas, entre 1989 y 1991, como representante del Partido Comunista de la Argentina y cumpliendo el rol de periodista para diversos medios como la agencia DAN (Distribuidora Argentina de Noticias). Sus anotaciones y artículos hoy están recopilados en su reciente libro publicado por Cartago Ediciones que lleva por título “Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Vivencias de una realidad. Los años de su caída”.

18 de mayo de 2021

Érase en mayo



Un 18 de mayo de 1781 fue torturado y descuartizado José Gabriel Condorcanqui, más conocido como Túpac Amaru II, luego de ser apresado por haber atrevido a organizar y liderar la resistencia fundamentalmente indígena en la región del Perú colonial. Las tropas y funcionarios del rey de España habían sido testigos de las fuerzas de quienes eran sometidos por el régimen de explotación y esclavitud durante 300 años. Los hombres y las mujeres de aquellas tierras, liderado por Túpac Amaru II y su esposa Micaela Bastidas -también asesinada por los españoles-, dijeron basta a los sometimientos e injusticias con la bandera de su propia identidad y su propia historia. Como también lo hicieron Tupac Katari y Bartolina Sisa en el altiplano de la actual Bolivia. La llama de la resistencia no se apagará con sus muertes. Las independencias de Nuestra América ya era un sueño posible, del que criollos e indígenas van a retomar y concretar en las primeras décadas del siglo XIX. Desde la Haití negra hasta Buenos Aires el sistema colonial ya muestra sus fisuras y los pueblos sabrán aprovechar para su libertad.


Al final de este siglo independentista va a nacer un hombre en América central, más precisamente en Nicaragua. Ese hombre va a tomar las luchas de los pueblos para alcanzar la libertad definitiva. Libertad que fuera manipulada por las oligarquías locales para continuar el status quo apremiante para hombres y mujeres de estas tierras. Nacía el 18 de mayo de 1895 Augusto César Sandino, quien con un pequeño y convencido ejército popular va a dar pelea contra la ocupación militar de los Estados Unidos sobre su país entre 1927 y 1933. Ya no existía el imperio español pero había un nuevo imperio que ya daba señal con su águila sobrevolando más allá del río Bravo. Los Estados Unidos de Norteamérica van a ser quienes enviarán nuevos virreyes, ahora convertidos en marines y empresarios privados, para someter a los pueblos y seguir la extracción de riqueza manchada de sangre. Los mismos Estados Unidos que el Libertador Simón Bolívar había denunciado que en nombre de la libertad va a plagar de miseria la región latinoamericana. El mismo monstruo contra el que peleará en la isla de Cuba el patriota José Martí, quien va a caer por una bala española el 19 de mayo de 1895. Y un día antes había escrito una carta que quedó inconclusa. Dicha misiva va a ser citada por otro cubano el 4 de febrero de 1962, el Comandante Fidel Castro, en la ya emblemática Segunda Declaración de La Habana. Allí el Apóstol va a escribir, entre otras palabras:

“ya puedo escribir... ya estoy todos los  días en peligro de dar mi  vida por mi país  y por mi deber (...), de impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América. Cuanto hice hasta hoy, y haré, es para eso (…) Las mismas obligaciones menores y públicas de los pueblos... más vitalmente interesados en impedir que en Cuba se abra, por la anexión de los Imperialistas... el camino que se ha de cegar,  y con  nuestra  sangre  estamos  cegando,  de  la  anexión  de  los  pueblos  de  nuestra  América,  al  Norte revuelto  y  brutal  que  los  desprecia –les  habrían  impedido  la  adhesión  ostensible  y  ayuda  patente  a este sacrificio, que se hace en bien inmediato y de ellos. Viví en el monstruo, y le conozco las entrañas: –y mi honda es la de David”.

Como bien lo dice Fidel en aquella histórica Plaza de la Revolución en 1962: “Ya Martí, en 1895, señaló el peligro que se cernía sobre América y llamó al imperialismo por su  nombre:  Imperialismo”. El mismo imperialismo, con diferente formas pero con la misma sustancia explotadora, que aún hoy ensombrece las ciudades del mundo. El mismo imperialismo, enemigo de las libertades de los pueblos. El mismo enemigo que mordió el polvo, aunque sea por el momento, cuando chocó con las fuerzas de Túpac Amaru II, José Martí y Augusto C. Sandino. Érase en Mayo en que el grito libertario se volvió con fuerza, como también en las ciudades de Chuquisaca y Buenos Aires en 1809 y 1810 respectivamente. Érase en mayo en que, al decir del rebelde paceño Pedro Murillo, la llama rebelde no la pudieron ni podrán apagar.

Prof. Roberto Deibe - 18 de mayo de 2021
Dedicado a los pueblos de Colombia y Chile, 
que en estas horas están demostrando / enseñando que las luchas sirven.

30 de abril de 2021

Apuntes para la historia del 1 de mayo

Se conmemora un nuevo 1 de mayo en el mundo, un día de los trabajadores y las trabajadoras en algunos países, un día de lucha y memoria en la mayoría de los colectivos sociales. Aquí van algunos datos e informaciones concernientes a esa efeméride como apuntes para seguir construyendo la historia.

Para empezar hay que contextualizar. El siglo XIX es el siglo de la consolidación del capitalismo como sistema dominante en gran parte del planeta, un sistema que fue estudiado por Carlos Marx en su emblemática obra El Capital, publicado en su primer tomo en el año 1867. De esta obra se denuncia el robo sistemático de la plusvalía de los obreros, del plusvalor producto del trabajo en la producción. Eso sumado a las malas condiciones ambientales, humanas y sociales de trabajo en las cada vez más crecientes fábricas hacían del sistema capitalista un modelo insoportable para el desarrollo humano. Los países con mayor desarrollo tales como Inglaterra, Alemania, Francia, Estados Unidos y otras potencias tenían a hombres, mujeres y niños trabajando en fábricas con jornadas de 10, 12 horas diarias. En estas condiciones es que empiezan a agudizarse los conflictos como lo acontecido en la ciudad norteamericana de Chicago a fines del siglo XIX.