20 de diciembre de 2023

La ISI y los inicios de la industrialización en Argentina

La industrialización en la Argentina ha tenido múltiples etapas. Varios autores han trabajado sobre sus orígenes, como Javier Villanueva (1972) y Eduardo F. Jorge (1971), entre otros. La propuesta del trabajo es una monografía a modo de ensayo bibliográfico haciendo foco en el periodo anterior a la victoria electoral del entonces coronel Juan Domingo Perón en 1946. El trabajo se propone tanto una “desmitificación” como una “deconstrucción” del mito fundacional de la industrialización por el peronismo. Al mismo tiempo en este ensayo escrito se da cuenta de otros autores que han indagado en la temática haciendo una comparación entre los mismos. 

La industrialización en la Argentina pasó por diferentes etapas. En este trabajo se propone analizar sus inicios desde un abordaje de las políticas económicas y la propia evolución del sector. Particularmente se presta atención a una de sus etapas más decisivas, como fue la del proceso de industrialización por sustitución de importación (ISI). Para llevar adelante este objetivo debemos aclarar sobre la definición de industrialización y los antecedentes inmediatos tanto en lo económico como en lo político en la Argentina y el mundo. 

La fase de industrialización argentina conocida como ISI fue un proceso económico y político clave en la historia del país durante el siglo XX. Este enfoque se centró en el desarrollo de la producción nacional para reemplazar las importaciones de bienes manufacturados, con el objetivo de fortalecer la economía y reducir la dependencia de los productos extranjeros. Para entender los orígenes de la ISI en Argentina, es importante examinar los eventos y factores que llevaron a su implementación.

Desde fines del siglo XIX la economía argentina se caracterizaba fundamentalmente por su modelo agroexportador con una fuerte dependencia de las economías dominantes, en particular la británica. El siglo XX se inicia con un crecimiento considerable que se ve reflejado en los números de las estadísticas como también en el lugar importante del país en la economía global. Diversos autores han analizado sobre el fenómeno político y económico, análisis que aún sigue con debates abiertos a más de cien años de los hechos. Sin embargo, debemos revisar, desde una perspectiva crítica, el relato histórico que ubica a la Argentina de principios de siglo XX con un Producto Bruto Interno similar al de las principales economías del mundo. Esta visión se basa en gran medida en el trabajo realizado por el economista británico Colin Clark publicado a mediados del siglo XX.1 Si bien Clark no estaba directamente vinculado con la política imperial británica, su trabajo asume como dado un contexto histórico en el que el imperialismo británico desempeñó un papel importante en la economía mundial. El historiador británico Eric Hobsbawm clasifica al imperialismo de su país con una serie de características entre la que destaca “la enorme importancia de las inversiones británicas en el extranjero y su marina mercante reforzaban aún más la posición central del país en una economía mundial abocada en Londres y cuya base monetaria era la Libre Esterlina (…) El relativo declive industrial del Reino Unido reforzó, pues, su posición financiera y su riqueza”2

Al mismo tiempo hay que tener en cuenta que las estadísticas de la época eran bastantes rudimentarias en cuanto a métodos y herramientas. Conociendo los intereses imperiales británicos en expandir sus dominios en el orbe podemos sospechar que estos datos estadísticos tenían sintonía con aquellas políticas británicas que buscaban un control sobre la economía de esas regiones dominadas. En consecuencia, el trabajo de Clark influyó en la forma en que se analizaba y medía la economía, influenciando en la formulación de políticas económicas y la toma de decisiones en el ámbito imperial. Así pues, los políticos locales repitieron -y repiten aún- esos números tantas veces como si fuera una verdad absoluta. Por lo tanto, los análisis de las políticas económicas de la clase dominante local tienen que ser considerados con esta advertencia.

La industrialización de sustitución de importación en la República Argentina ha sido investigada por diversos investigadores e investigadoras de diferentes disciplinas de las ciencias sociales. La génesis de este tipo de industria es uno de los temas debatidos. Hay cierto “sentido común historiográfico” 3 que lo ubica con el surgimiento del peronismo y otros con la década de 1930 como antecedente de aquél. Se propone este trabajo indagar sobre esta definición a partir de la lectura de diversos autores que trabajaron sobre la industrialización argentina. Antes de hacer aquél recorrido bibliográfico es conveniente aclarar sobre la definición de industria y su raíz histórica en la República Argentina. La Real Academia Española la define como “conjunto de operaciones materiales ejecutadas para la obtención, transformación o transporte de uno o varios productos naturales”4. Para entrar en la especificidad del tema en cuestión, debemos partir de que la categoría “industrialización por sustitución de importación” (ISI) es polisémica y eso acarrea una serie de discusiones. Según define Federico Reche “la expresión ISI surgió en la segunda mitad de la década del sesenta, al mismo tiempo que la idea de su agotamiento, en el marco de los esfuerzos por caracterizar el desarrollo típico de América Latina de aquellos años”5. En base a esas definiciones surge la pregunta ¿cuándo se inició el proceso de ISI en la Argentina? 

Jorge Katz y Bernardo Kosacoff escribieron sobre una serie de etapas del proceso de industrialización que comienza con las últimas décadas del siglo XIX pensando tanto en el agotamiento de la frontera agropecuaria como la crisis internacional de 1929 y el conflicto de las relaciones internacionales entre Argentina, Gran Bretaña y los Estados Unidos. Luego de analizar a diferentes autores que trabajaron la historia económica argentina, los autores advierten que “los distintos ejercicios de ’periodización' del crecimiento industrial de nuestro país contienen un monto más o menos alto de subjetividad unido a técnicas estadísticas de distinto grado de sofisticación y complejidad”6. Posteriormente realizan varios recortes del camino de la industrialización argentina comenzando en los años previos a 1930 como señalamos previamente. Los autores advierten que los usos del arancel externo para industrializar el país en aquellos años deben verse como hecho aislado y no así en la siguiente década en que “comienzan a observarse distintas formas de intervención activa del gobierno en política económica”. El trabajo de Katz y Kosacoff es un buen balance de trabajos de otros autores para estudiar el proceso de industrialización argentina. 

El esquema desarrollado por el economista Walt Rostow 7 propone una teoría de las etapas del desarrollo económico de los países. Este esquema describe el proceso de desarrollo económico en cinco etapas secuenciales. La etapa del "despegue" es la tercera fase en este modelo, también conocida como la "fase de despegue económico". En esta etapa, un país experimenta un rápido crecimiento económico impulsado por cambios significativos en la inversión, la industrialización y la tecnología. 

La etapa del "despegue" que representa el momento en que una sociedad experimenta un cambio estructural significativo en su economía. Durante esta fase, se observa un aumento notable en la inversión y la industrialización, lo que conduce a un crecimiento económico sostenido. Aquí hay algunos puntos clave sobre la etapa del "despegue":

-Cambio estructural: En esta etapa, la economía de un país experimenta un cambio estructural importante. Se produce una transición desde una economía principalmente agraria hacia una economía más industrializada. Este cambio se asocia con la adopción de nuevas tecnologías y métodos de producción más eficientes.

-Incremento en la inversión: Rostow destaca que durante la etapa del "despegue", la tasa de inversión tiende a aumentar significativamente. Esto incluye inversiones tanto en infraestructura física (carreteras, ferrocarriles, puertos) como en sectores clave de la industria. La inversión es vista como un motor fundamental para el crecimiento económico.

-Desarrollo industrial: La industrialización se acelera en esta fase. Nuevas industrias emergen y se expanden, lo que contribuye a la diversificación de la economía y la generación de empleo en el sector industrial.

-Tecnología: La introducción y adopción de nuevas tecnologías suelen ser características destacadas en la etapa del "despegue". La innovación y la eficiencia tecnológica son fundamentales para aumentar la productividad y facilitar el crecimiento económico sostenido.

-Crecimiento sostenido: La combinación de estos factores conduce a un crecimiento económico sostenido a tasas más altas que las experimentadas en las etapas anteriores. Este crecimiento continuo se espera que impulse el país hacia niveles más altos de desarrollo económico.

El esquema de Rostow ha sido influyente pero también ha sido objeto de críticas. La teoría no tiene en cuenta adecuadamente las diferencias en las condiciones históricas, sociales y políticas entre los países, lo que limita su aplicabilidad universal.

Guido Di Tella y Manuel Zymelman en su “Etapas del desarrollo económico argentino”8 analizan la economía argentina a partir de la expansión de los años 1875-1914, Al abordar las inversiones en agricultura e industria consideran que su crecimiento dependía de su rentabilidad relativa pero que no se reflejaba de forma gradual ni lineal a lo largo del tiempo. Los autores dicen que el sector industrial no tuvo un aumento inmediato de su capacidad de absorción de capitales porque “lleva tiempo a una clase de empresarios prepararse para nuevas empresas y a los obreros aprender nuevas tareas”. Al mismo tiempo advierten las dificultades institucionales que pesaban para que se produjera la transferencia de los capitales de un sector agrario al industrial. 

Al respecto, los autores advierten que el proceso de industrialización despertó una resistencia social y una actitud negativa por parte de ciertos actores del sector agrario: “ese hecho fue reflejado en la demora del proceso de crecimiento que duró aproximadamente desde la primera guerra mundial, cuando probablemente la Argentina estaba técnicamente lista para empezar la industrialización, hasta la crisis del treinta, cuando finalmente se produjo un cambio de actitudes”9. La nueva actitud tuvo correlación con el desplazamiento de las inversiones en el sector agrícola a la industrial. 

En consecuencia, Di Tella y Zymelman utilizan la teoría de Rostow para analizar las etapas de desarrollo económico del país, aunque advierten cierta diferencia al utilizarlo como instrumento de análisis y no una regla general. Luego de varias etapas, los autores consideran que entre 1914 y 1933 existió una “gran demora”. La transferencia al sector industrial para mantener el crecimiento previo “fue obstaculizada además por la estructura política y social”. La existencia de una clase terrateniente poderosa fue el principal motivo, para los autores, de la “gran demora” ya que dicha clase siguió reinvirtiendo en el agro en vez de la nueva rama industrial. “La gran demora se caracteriza -según Di Tella y Zymelman- por una contracción de la tasa de crecimiento de la inversión, particularmente de la inversión extranjera y una detención de la evolución de la posición relativa entre agricultura y la industria”10

Siguiendo la advertencia de Javier Villanueva 11 sobre la versión “olímpica” de la historia económica argentina diciendo que la depresión del año 1930 fue la que iniciara una época de desarrollo de la industria en la Argentina moderna. Por lo tanto para el autor la industrialización comenzó antes, en particular en la década del 1920, con la característica particular de elevadas inversiones industriales, importaciones de maquinarias y equipos junto al ingreso de capitales extranjeros (particularmente norteamericanos). 

Por otra parte, Villanueva advierte en sus conclusiones que en la década del 1930 se observa un crecimiento industrial como consecuencia de la tendencia de años previos. Al mismo tiempo señala la estrategia del equipo económico que lleva adelante el denominado Plan Pinedo se propone dos líneas: estructurales y anticíclicas. 

Para esta conclusión el autor analiza el rol de los Estados Unidos en conjunto con Gran Bretaña en el escenario económico mundial y argentino. Para eso las medidas denominadas estructurales se encontraban entrelazadas con las negociaciones con los británicos en un contexto de intercambio bilateral como lo marcaba el Tratado de Londres, más conocido como Pacto Roca - Runciman. En este panorama es que se buscaba mantener la tranquilidad de los sectores ganaderos argentinos facilitando como contrapartida el acceso a las importaciones al país europeo. 

En cuanto a las medidas anticíclicas lo que se planteó es un apoyo a la industria local mediante la consolidación de un mercado interno como también el abastecimiento de insumos importados. “La atracción de capitales extranjeros era facilitada por la vía de la política cambiaria (...) que actuaba aún mejor que una barrera aduanera”, dice el autor. El ingreso de dichos capitales, en especial los norteamericanos, permitió estimular el empleo industrial y el aporte extranjero en el sector correspondiente. 

Estas conclusiones son a las que llega el autor luego de desarmar la versión “olímpica” antes mencionada a través de un recorrido por datos y estadísticas que demuestra su hipótesis. Cabe destacar la inversión extranjera con nuevas modalidades. Las empresas industriales extranjeras se radican en el país, pero también lo hacen a través de nuevas tecnologías y las patentes que se expanden fuertemente en la década de 1920. Por otra parte, Villanueva advierte sobre el conflicto anglo-norteamericano en aquellos años sobre la cuestión de las inversiones en la Argentina. 

Lo que podemos analizar críticamente del artículo es la ausencia de la descripción de la etapa que atravesaba en aquella época el sistema capitalista. Como se puede advertir, en aquellos años conviven y disputan el liderazgo al menos dos modelos de organización capitalista: a nivel global que podríamos identificar con el norteamericano y el británico al decir del autor reseñado. Sin embargo, el artículo ayuda a analizar el período posterior de los años 1930 como también la historia económica argentina en su conjunto. 

Por su parte el sociólogo argentino Eduardo F. Jorge en su libro “Industria y concentración económica” 12 propone analizar el desarrollo industrial argentino en un período que ubica sus inicios en el principio de siglo y finaliza en los albores del peronismo. Basa su enfoque en el análisis de la relación entre estructura de clases y poder político. La industrialización se percibe como resultado de una política de intervención en la economía adoptada por la clase dirigente muy a su pesar. Al respecto considera que “no se hizo sino seguir las tendencias mundiales en la aplicación de políticas autarquizantes” 13. Por otra parte el autor considera que no se puede analizar el proceso de ISI sin estudiar la evolución política y económica previa a la crisis del 1930 teniendo en cuenta el desarrollo de una industria en el sector alimentos y bebidas controlada por capitales extranjeros y dando nacimiento a una nueva clase de empresarios industriales “que se reclutó entre las familias de la vieja oligarquía agraria o entre sectores de la clase media alta que rápidamente se incorporaron a ella” 14.

Mientras existía en la década de 1920 una industrialización vinculada casi exclusivamente a la manufacturación de materias primas del agro, existió otro sector que tendió a romper esos límites, integrado por empresarios argentinos o inmigrantes ubicados en la rama denominada “industrias artificiales”. Según Jorge, dicho sector “se desarrolló dificultosamente antes, durante y después de la primera guerra europea” al mismo tiempo que carecía de expresión a nivel político partidario manifestándose “en forma corporativa a través de la Unión Industrial Argentina y la Confederación Argentina del Comercio, la Industria y la Producción”. Entretanto los capitales norteamericanos y de Europa continental hacían sentir su presencia más activa disputando terreno económico y político al capital británico. “La expansión norteamericana -afirma Jorge en su ya clásico libro- en el comercio argentino de importación requería la expansión de sus capitales en el país a fin de consolidar su influencia, y su orientación adquirió una dirección diferente a la que habían tenido los capitales británicos”. A saber, se orientaron a la industria liviana, fundamentalmente de bienes de consumo duradero 15. La tesis de Eduardo F. Jorge aporta luz sobre “la progresiva diferenciación interna de la "burguesía industrial" en el periodo anterior a 1930” 16.

Para concluir el presente ensayo debemos advertir que los textos analizados no implican la totalidad -ni del seminario ni del mundo académico- pero nos permite aproximarnos a la cuestión que nos convoca: los inicios de la industrialización argentina, en particular el conocido como ISI. Como advertimos al inicio del presente trabajo hay cierto “mito” en considerar la industrialización argentina como un fenómeno exclusivamente de la época peronista (1945-1955). Sin embargo, las lecturas de los trabajos nos ayudan a entender el proceso histórico de la industria en la República Argentina. Si bien durante los gobiernos de Juan Domingo Perón existió una política estatal de fomento del sector industrial, existen pruebas de que hubo políticas públicas de incentivos industriales. Advertimos aquí que no sólo el Estado nacional fue un actor principal sino también las inversiones de capitales extranjeros, principalmente británicos y norteamericanos que van a cumplir diferentes roles e importancias desde fines del siglo XIX hasta mediados del siglo XX. Por lo tanto buscamos aportar con los análisis en este ensayo bibliográfico la comprensión y la ampliación del proceso industrial argentino haciendo foco en sus inicios. Quedan otras lecturas, otras preguntas pendientes que exceden los objetivos del presente trabajo.  

ROBERTO DEIBE

DICIEMBRE 2023

Notas

  1. Se puede mencionar sus libros "National Income and Outlay" (1937) y "Conditions of Economic Progress" (1940). 
  2. Hobsbawm, Eric (2006) Pág. 60.
  3. Nieto, A. A. (2010). 
  4. Real Academia Española. (s. f.). Diccionario de la lengua española. Recuperado 2 de agosto de 2023, de https://dle.rae.es/industria 
  5. Reche, F. H. (2019). 
  6. Katz y Kosacoff (1989), pág. 46.
  7. Rostow, Walt (1961).
  8. Di Tella y Zymelman (1973)
  9. Idem, pág. 37. 
  10. Idem, pág. 47. 
  11. Villanueva, J. (1972). 
  12. Jorge, Eduardo F. (1972).
  13. Idem, pág. 25.
  14. Idem, pág. 151. 
  15. Idem, pág. 18 y sigs. 
  16. Llach, J. (1972). 


Bibliografía consultada

 Di Tella, Guido, y Zymelman, Manuel (1973). Las etapas del desarrollo económico argentino. Paidós.

Hobsbawm, Eric (2006). La era del imperio 1878-1914. Crítica. 

 Jorge, Eduardo F. (1971). Industria y concentración económica desde principios de siglo hasta el peronismo. Siglo XXI Editores.

 Katz, Jorge, y Kosacoff, Bernardo. (1989). El proceso de industrialización en la Argentina: evolución, retroceso y prospectiva. CEAL - CEPAL.

 Korol, Juan Carlos y Sábato, Hilda. (1997). La industrialización trunca: una obsesión argentina. Universidad Nacional de La Plata.

 Llach, Juan. (1972). Dependencia, procesos sociales y control del estado en la década del treinta. Desarrollo Económico, Vol. 12, No. 45, 173-183.

 Murmis, Miguel y Portantiero, Juan Carlos. (2011). Estudios sobre los orígenes del peronismo (1972.a ed.). Siglo XXI Editores.

 Nieto, Alejandro Agustín. (2010). Notas críticas en torno al sentido común historiográfico sobre el anarquismo argentino. A contracorriente, 7, 219-248.

 Real Academia Española. (s. f.). Diccionario de la lengua española. Recuperado 2 de agosto de 2023, de https://dle.rae.es/industria

 Reche, Federico H. (2019). La Industrialización por Sustitución de Importaciones (ISI): usos y sentidos de una expresión polisémica. Folia Histórica del Nordeste, 35, 27-50. https://doi.org/10.30972/fhn.0353578

 Regalsky, Andrés. (2010). Los comienzos de la industrialización en la Argentina, 1880-1930. Una aproximación historiográfica. Anuario. Escuela de Historia. Facultad de Humanidades y Artes, Universidad Nacional de Rosario, 23, 75-106.

 Rostow, W. W. (1961). Las etapas del crecimiento económico: un manifiesto no comunista. Fondo de Cultura Económica.

 Villanueva, Javier. (1972). El origen de la industrialización argentina. Desarrollo Económico, 12 (núm. 47), 451-476.


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