28 de febrero de 2023

La historia insurgente, desde Venezuela para Nuestra América (por Roberto Deibe)

La historia insurgente es una propuesta surgida desde el Centro Nacional de Historia de la República Bolivariana de Venezuela. El profesor Luis Felipe Pellicer fue uno de los impulsores del mismo del que se sumaron otros historiadores tales como Pedro Calzadilla, Juan Romero, Alejandro López y otros. 

¿En qué consiste dicha propuesta historiográfica? Fundamentalmente en trabajar la historia desde una perspectiva popular, descolonial. En particular desde los sectores populares que han sido ninguneados o estigmatizados por la historiografía liberal. La llamada “historia oficial” que desde el siglo XIX constituyó la base cultural e ideológica para la constitución y consolidación de los nuevos Estados Nacionales. Los “vencedores” pusieron en el anonimato por mucho tiempo a vastos sectores sociales, impidiendo el protagonismo que le correspondía en la escritura de su historia. Estos sectores históricamente excluidos e invisibilizados por la historiografía tradicional estaban integrados por negros, mulatos, zambos, indios y mujeres. “A partir del estudio de estos grupos emerge la historia insurgente, con la tarea de hacerse cargo del relato de los vencidos”, afirman en la revista Memorias de Venezuela. En la misma publicación Pellicer plantea que dicha propuesta historiográfica “tiene un acento político que no busca disimular, pues se plantea la lucha contra cualquier sistema opresivo, especialmente el capitalismo”. 

En sintonía con lo antes mencionado, la historia insurgente es una propuesta político historiográfica que puede utilizar las mismas fuentes, métodos y técnicas de la historia tradicional. Lo que la diferencia es la perspectiva del trabajo de investigación. Se estudia para desvelar, se escribe desde el oprimido y la oprimida, se conoce para desmitificar, desideologizar, descolonizar, para liberar la conciencia histórica. Por eso los y las historiadores insurgentes de Venezuela proponen legitimar, analizar y poner en relieve la voz de los desposeídos, apelando a los escasos testimonios de la gente sin historia. Todo con la intención de hacer llegar la historia a las mayorías. Al mismo tiempo se  proponen la obligación de historiar a los sectores dominantes y opresores. 

La historiografía tradicional se caracteriza por mostrar grandes batallas, grandes héroes y de la élite pero la participación del pueblo no se ve en sus producciones. Otra característica de esta corriente es la falta de diversidad geo-histórica. Eso refiere a la centralidad que se le da territorialmente a las capitales tales como Caracas o Buenos Aires. La historia insurgente propone recuperar otros territorios dónde los pueblos tuvieron protagonismo en los procesos históricos, propone trabajar la historia regional y local. “La historia insurgente es una propuesta político-historiográfica porque no se queda en el método y la teoría, tiene vocación de poder, pretende crear un conocimiento socialmente transformador para la construcción de una sociedad justa y de iguales; no oculta su perspectiva ni su horizonte. No va a hacer una historia de la sonrisa si esa historia no le sirve para liberarse de la opresión”, define el historiador bolivariano Luis Pellicer. 

En Nuestra América la independencia del imperio español implicó nuevos campos de batallas en que los pueblos han sido protagonistas de resistencias al sistema de dominación imperial. Esos hombres y mujeres, indígenas y africanos-afrodescendientes, criollos y mestizos pobres han sabido ser la continuidad histórica de sus propios antepasados. Desde la llegada de los invasores europeos a esta parte del orbe ha habido resistencias y combates por parte de los pueblos indígenas. Han resistido a lo que se llama “capitalismo originario” que se implementó a partir de la conquista europea, nuevo sistema que trajo consecuencias graves como la muerte de millones de personas, enfermedades, guerras, etc. Un sistema en donde la propiedad privada pasó a ser el nuevo Dios, junto a la ambición de dinero y riqueza acumulativa.


Febrero de 2023

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