30 de abril de 2021

Apuntes para la historia del 1 de mayo

Se conmemora un nuevo 1 de mayo en el mundo, un día de los trabajadores y las trabajadoras en algunos países, un día de lucha y memoria en la mayoría de los colectivos sociales. Aquí van algunos datos e informaciones concernientes a esa efeméride como apuntes para seguir construyendo la historia.

Para empezar hay que contextualizar. El siglo XIX es el siglo de la consolidación del capitalismo como sistema dominante en gran parte del planeta, un sistema que fue estudiado por Carlos Marx en su emblemática obra El Capital, publicado en su primer tomo en el año 1867. De esta obra se denuncia el robo sistemático de la plusvalía de los obreros, del plusvalor producto del trabajo en la producción. Eso sumado a las malas condiciones ambientales, humanas y sociales de trabajo en las cada vez más crecientes fábricas hacían del sistema capitalista un modelo insoportable para el desarrollo humano. Los países con mayor desarrollo tales como Inglaterra, Alemania, Francia, Estados Unidos y otras potencias tenían a hombres, mujeres y niños trabajando en fábricas con jornadas de 10, 12 horas diarias. En estas condiciones es que empiezan a agudizarse los conflictos como lo acontecido en la ciudad norteamericana de Chicago a fines del siglo XIX.

Chicago era la segunda ciudad en número de habitantes de Estados Unidos. Allí existían fábricas con centenares de trabajadores y trabajadoras que empezaron a reclamar una jornada laboral de 8 horas (“ocho horas de trabajo, ocho horas de ocio y ocho horas de descanso”), entre otros reclamos. El 1 de mayo de 1886 se inicia una huelga y su punto más álgido fue tres días después en la llamada Revuelta de Haymarket con la participación de 200 mil personas. Ese día se produjo una feroz represión policial luego del estallido de un explosivo contra las fuerzas de seguridad. El saldo fue un número desconocido de obreros muertos (como siempre a lo largo de la historia obrera que nunca se sabe el número exacto de víctimas). A partir de ese hecho se produce una serie de detenciones de obreros anarquistas bajo la acusación de participar de las jornadas de huelga. El 21 de junio se inició el juicio contra 31 obreros, que luego quedaron ocho acusados. El juicio fue totalmente irregular como se comprobó posteriormente. Un juicio lleno de violaciones a las normas procesales. Sin embargo, tres fueron condenados a prisión perpetua y cinco a la muerte en la horca. Después serán conocidos como los Mártires de Chicago.

El cubano José Martí quedó conmocionado con las condenas ejecutadas el 11 de noviembre de 1887 ya que se encontraba trabajando como corresponsal en Chicago para el diario argentino La Nación, donde escribió:
“... salen de sus celdas. Se dan la mano, sonríen. Les leen la sentencia, les sujetan las manos por la espalda con esposas, les ciñen los brazos al cuerpo con una faja de cuero y les ponen una mortaja blanca como la túnica de los catecúmenos cristianos. Abajo está la concurrencia, sentada en hilera de sillas delante del cadalso como en un teatro... Firmeza en el rostro de Fischer, plegaria en el de Spies, orgullo en el del Parsons, Engel hace un chiste a propósito de su capucha, Spies grita: "la voz que vais a sofocar será más poderosa en el futuro que cuantas palabras pudiera yo decir ahora». Les bajan las capuchas, luego una seña, un ruido, la trampa cede, los cuatro cuerpos caen y se balancean en una danza espantable…”. 1
La solidaridad internacional estalló en el mismo momento del juicio. Pero el punto más alto es cuando en el año 1889 el Congreso Obrero Socialista de la II Internacional, reunido en la ciudad de París, declara al 1 de mayo como una jornada de lucha reivindicativa y de homenaje a los Mártires de Chicago. Desde ese momento es que los proletarios del mundo agruparon sus luchas a nivel mundial tal como lo describe Federico Engels:
“Pues hoy en el momento en que escribo estas líneas, el proletariado de Europa y América pasa revista a sus fuerzas, movilizadas por vez primera en un solo ejército, bajo una sola bandera y para un solo objetivo inmediato: la fijación legal de la jornada normal de ocho horas, proclamada ya en 1866 por el Congreso de la Internacional celebrado en Ginebra y de nuevo en 1889 por el Congreso obrero de París. El espectáculo de hoy demostrará a los capitalistas y a los terratenientes de todos los países que, en efecto, los proletarios de todos los países están unidos. ¡Oh, si Marx estuviese a mi lado para verlo con sus propios ojos!”. 2
Más de 100 años después de los sucesos de Chicago se conmemora el 1 de mayo como el Día Internacional de los trabajadores y las trabajadoras. Pero aún en países anglosajones como Estados Unidos y Canadá no se celebra esta conmemoración pero si el Día del Trabajo (Labor Day) en el primer lunes de septiembre. Un intento de despojar de sujetos e historia a la jornada de lucha trabajadora e internacional.
Pintura de Antonio Berni (1905-1981)

En Nuestra América, ¿qué sucedió y qué sucede?

En el siglo XIX el continente americano vivía un proceso de conflictos luego de alcanzar las independencias formales y el nacimiento de nuevos Estado-naciones como producto de la balcanización de Sudamérica. La formación socio-económica predominante era precapitalista en que aún persistía cierta economía agraria con mano de obra campesina e indigena. Sin embargo hubo una incipiente clase obrera principalmente en países como Argentina, Brasil y México. Los estados latinoamericanos eran gobernados por poderes de carácter oligárquico y dependiente de las principales economías, principalmente los capitales ingleses.

Frente a este panorama los trabajadores y las trabajadoras van a empezar también a organizarse en sindicatos e incluso espacios políticos. La lucha obrera de Chicago va dejar marcas como también la revolución rusa de 1917. Ante las crecientes protestas y la consolidación de la organización obrera, los diferentes gobiernos van a impulsar diferentes medidas para buscar el consenso para sostener el status quo. El constitucionalismo social va a ser impulsado a partir de, entre otras cosas, la incorporación de derechos laborales. México en 1917 va a ser la primera república del siglo XX en incorporar derechos como a las vacaciones, la jornada laboral de 8 horas, a la huelga y el reclamo, etc. Luego se sumarán otros países como Ecuador en el año 1929.

Argentina también…

El siglo XX encuentra a la República Argentina en una situación de conflictos sociales en crecimiento. A finales del siglo anterior va a tener un protagonismo importante los anarquistas y socialistas que habían inmigrado desde Europa y que van a formar sindicatos y organizaciones obreras. La oligarquía gobernante (clase vinculada con la explotación agrícola ganadera en grandes extensiones de campos) estaba en una situación en que tenía que tomar decisiones urgentes para sostener el orden y el “progreso”. Va a impulsar una reforma electoral (Ley Sáenz Peña) que va a permitir el voto secreto. Gana el radical Hipólito Yrigoyen la presidencia. Si bien representó el ascenso de ciertos sectores sociales medios a la esfera política, no hubo modificaciones en cuanto a las represiones a la clase obrera. Testimonio de eso pueden dar la Semana Trágica, las huelgas patagónicas, de La Forestal y muchos otros hitos en la historia del movimiento popular argentino.

Luego de transitar décadas de conflictos sociales y resistencias cada vez más firmes del proletariado, que a su vez iba en crecimiento con la migración interna del campo a la ciudad gracias a la industrialización, en la década de 1940 va a surgir un nuevo movimiento histórico: el peronismo. El 17 de octubre de 1945 va a ser un mojón en la historia obrera cuando miles de hombres y mujeres se movilizaron a la Plaza de Mayo a pedir la libertad del entonces coronel Juan Domingo Perón quién ocupaba cargos oficiales vinculados al mundo obrero. Al año siguiente ese mismo coronel va a ganar la presidencia de la Nación y comienza una nueva etapa histórica. Recién en 1949 se van a incorporar a la constitución nacional los derechos de los trabajadores en el artículo 14 bis.
A contramano de cierta historiografía podemos decir que durante los dos primeros gobiernos peronistas el día internacional de los trabajadores fue transformado como “día del trabajo”. Ese cambio de palabras tiene un significado político importante. Habíamos mencionado que en ciertos países anglosajones buscaron mitigar el simbolismo del 1 de mayo como jornada de lucha anticapitalista, cabe preguntarnos si realmente el peronismo no buscó lo mismo. Sin embargo, las bases obreras durante aquella década van a seguir impulsando luchas y conflictos por mejoras de condiciones laborales. Esas mismas bases van a impulsar a partir de la década de 1950 diferentes luchas sindicales y políticas con momentos de impulso revolucionario como lo fue la formación de la central sindical CGT de los Argentinos y la revuelta obrera estudiantil conocido como Cordobazo. De aquella central obrera -impulsado por peronistas como también marxistas, socialistas, cristianos, entre otros- rescatamos el mensaje del 1 de mayo de 1968: 
“la historia del movimiento obrero, nuestra situación concreta como clase y la situación del país nos llevan a cuestionar el fundamento mismo de esta sociedad: la compraventa del trabajo y la propiedad privada de los medios de producción. Afirmamos que el hombre vale por sí mismo, independientemente de su rendimiento. No es ni puede ser un capital que rinde un interés, como ocurre en una sociedad regida por los monopolios dentro de la filosofía libreempresista (...) Toda compra o venta del trabajo es una forma de esclavitud. La estructura capitalista del país, fundada en la absoluta propiedad privada de los medios de producción, no satisface sino que frustra las necesidades colectivas, no promueve sino que traba el desarrollo individual. De ella no puede nacer una sociedad justa ni cristiana”. 3
Es en estas líneas que podemos encontrar los objetivos que impulsaron las luchas de los Mártires de Chicago, la historia de la clase obrera internacional del que los trabajadores y las trabajadoras de Nuestra América somos parte. En el presente la clase obrera lucha y construye unidad con los otros sectores afectados por el sistema capitalista como el precariado, las mujeres, los y las indígenas, los y las ambientalistas, los múltiples movimientos sociales. Porque aquella “filosofía libreempresista” sigue vigente.


Prof. Roberto Deibe

30 de abril de 2021



Notas:
1. Martí, José. Obras completas. Tomo 27. La Habana-Bs.As.: Centro de Estudios Martianos y CLACSO, 2017.
2. Engels, Federico: “Prefacio a la edición alemana de 1890 del Manifiesto Comunista” en Marx, Carlos y Federico Engels. Obras escogidas. Tomo I. Moscú: Ediciones en lenguas extranjeras, 1951.
3. Documentos “El diario de la CGT de los Argentinos”. Buenos Aires: Editorial La Página y UNQ, s/f.

Bonus track

Música que se me vino a la mente al escribir el artículo:

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